jueves, 19 de mayo de 2011

El indolente sistema imperante

Desde ya hace tiempo venimos sufriendo los golpes de un sistema injusto, en que los trabajos dignos escasean y que las arcas de muchos empresarios y bancos baten récords de beneficios, podemos agobiarnos viendo las altísimos remuneraciones de estos directivos, además de esta triste forma de hacer política en que lo único que abundan son las descalificaciones y lo que más escasea son las propuestas de un mejor bienestar para los que día a día trabajan, para el que dia a dia busca una oportunida de trabajo, para las muchas familias que son desahuciadas por no poder pagar sus hogares, son siempre los mismos que se enriquecen y baten records de beneficios. Esta clase política que cada día escucha menos, que cada día tienen menos representación, que no interpreta las verdaderas necesidades y carencia de la gente común.

Estas empresas que consumen los recursos de los países subdesarrollados, para aumentar sus arcas, aumentar su poder devastador y consumidor de nuestras riquezas y recursos que contribuyen a nuestro bienestar estos abusadores de lo que se ha provisto para todos son consumidos por unos pocos indolentes al hambre en áfrica, indolente a la miseria en centro Haití, esos mismo que han contaminado las aguas y quemado bosques en centro América, los que están acabando con el bastión de la biosfera en el amazona, los mismos que quieren terminar con la Patagonia inundando con represas verdaderas reservas ecológicas, no conformes con haber vaciado nuestros canales de las recursos de pesca, para alimentar las insaciable ambición.

Quisiera que le gente despierte a esta realidad al mundo que estamos contrayendo al mundo del que somos responsables todos, que nosotros tenemos una gran responsabilidad, que esto solo se puede mejorar uniéndonos, no haciendo oídos sordos de la desgracia de nuestro vecino, esa mentalidad que mientras a nosotros no nos toque, hay que buscar la justica para ti, para el vecino para el chino, para el Tíbet, para los mapuches, para los libios, hay que cambiar la mentalidad de este mundo luchando contra las diversas formas de egoísmo que se propagan como la mayor de las epidemias, solo preocupándonos por los demás de forma desinteresada, contrayendo una sociedad con mayor sensibilidad con mayor empatía, con una mayor conciencia social que nos permita poder construir una sociedad con mayores expectativas de vida en que los que predomine sea el bien común, no las miserias del individualismo. Es tiempo de que la raza humana deje de hacerse daño y adopte una nueva forma de vivir.

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