domingo, 15 de agosto de 2010

El momento de partir

Desde la partida de mi madre, he comenzado a reflexionar más seguido sobre la muerte, el final de mis días, de como quisiera que sea, siempre pensando que sabré, el momento que sea, desconociendo u omitiendo, la realidad indeterminada de esta situación, que es un suerte aleatoria. Pasan por mi mente los momentos de mi vida, bombardean mi mente, mi primer amor, mis amores, mis desdichas, el final de muchas metas, el éxito, las tristeza, el fracaso, la soledad, la angustia y sin duda el mejor momento el nacimiento de mi niñas, el contemplar mis retoños, la maravillosa naturaleza, y finalmente la muerte, un estado de ausencia infinita. El final si podría construirlo, si fuera posible prepararnos, poder concluir no solo mis metas si no también mis propias responsabilidades. Ese momento final de tu existencia ese último respiro de tu vida, que sea rodeado de tu familia tus seres queridos tomado de la mano de mis hijas, mi mujer, mi familia, esperando el momento de tomarle la mano a mi madre que sin duda espera ese momento y calmara mis temores y los transformara en dicha. Atrás quedara una historia, que algún buen amigo recordara, que mis hijas comentaran, que en la tristeza recordara la última mujer que ame intensamente.

La vida me vuelve a sacudir con la partida de mi padre, nuevamente me avisa, nuevamente me obliga a replantearme, revisar mis objetivos mi vida, mis anhelos, una suerte de abandono me embarga, concluyo que es una etapa que todos sentimos o sentiremos, la vida de tus padres dedicada a preocuparse de sus hijos a veces, me hizo sentir incomodo, a veces me agotaba, hoy con nostalgia lo recuerdo, a mis padres en la casa, el viejito tomando su mate, mi madre en todas partes, que nostalgia de ese cobijo familiar, ahora solo me resta hacer las cosas bien para que la recta final de mi vida sea un viaje lleno de amor a una profunda paz.

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